#NIUNAMENOS: REFLEXIONES Y PROPUESTAS DESPUÉS DE LA MARCHA
La masiva manifestación ciudadana realizada el 13 de agosto ha sido una demostración del interés y demanda colectiva por la solución de una problemática que viene destruyendo no sólo la vida de las mujeres afectadas sino de familias que se descomponen por la violencia. #Niunamenos logró con el apoyo de las organizaciones sociales, ciudadanos y ciudadanas, autoridades, medios de comunicación y diversas empresas, algo inédito en el país, que contrarios se unan por un objetivo.
Sin embargo, a pocos días de concluida la movilización se necesita continuar con el debate y las acciones políticas necesarias para que dicha iniciativa no quede en algo anecdótico. Si bien el gobierno ha anunciado determinadas medidas para proteger a las víctimas y enfrentar a los agresores, dichos anuncios serán sólo cosméticos, sino se atacan los problemas de fondo, los cuales no se solucionarán en un lustro presidencial.
Esto ameritará impulsar un cambio cultural e ideológico en las relaciones de género, lo que implicará una voluntad política que de manera transversal enfrente el problema en todos los espacios en que se desenvuelve la ciudadanía. Para lograrlo, urge cuestionar y modificar las columnas que sostienen esta realidad, donde la violencia de género aumenta cada día.
Aquí algunas reflexiones y propuestas de fondo para enfrentarla.
- Cambios en la visión económica. Desde la violenta implantación del modelo neoliberal se privilegian las ganancias y acumulaciones privadas (la macroinversión). La visión económica vigente impide al Estado fomentar el bienestar y la protección a las familias, además de promover los derechos ciudadanos.
Se insiste en beneficiar a los grandes negocios, dejándose de lado la promoción de las iniciativas productivas familiares, locales y regionales. Un hogar con presión y poca capacidad de planificación económica es un espacio de conflicto permanente, donde se acentúan las diferencias de género y hay poca probabilidad para la reflexión y el respeto mutuo y a los demás.
- Por una verdadera reforma del Estado. Urge un cambio constitucional que propicie una reforma del aparato estatal (de todos los poderes) para ponerlo al servicio de la ciudadanía. Mientras se mantengan las directrices políticas y económicas implantadas por el fujimorismo en los noventa, el Estado de manera directa o indirecta será un factor de desigualdad, corrupción, impunidad y violencia.
- Una nueva política educativa. El criterio economicista ha propiciado que la educación sea una fuente de negocio y no de formación humana. La privatización ha profundizado la desintegración familiar y la carencia de valores individuales. Si no se asume a la educación (en todos sus niveles) como factor primordial para la construcción del nuevo ciudadano y ciudadana, el tema de la violencia de género (cuya solución no sólo es legal) persistirá.
- Por una política que fomente la fiscalización ciudadana de los medios. Los medios promueven ideales y referencias contrarias a los valores humanos. Se tiene que tener un contrapeso social que vaya más allá de la autoregulación, propiciando la fiscalización ciudadana con la finalidad no de censurar pero si de asumir el derecho de cuestionar con capacidad legal, los contenidos que afecten la dignidad humana y familiar.
Finalmente, si existe la voluntad política y principalmente honesta de los actores que promovieron y participaron la marcha #Niunamenos, la construcción de una nueva sociedad con respeto y protección a la dignidad de los demás será posible, condenando moral y legalmente, la corrupción, la impunidad y la violencia.