EL LEGADO DE MARIO HUAMÁN
En diversas oportunidades me han sugerido escribir sobre Mario Huamán, teniendo en cuenta los años que trabajé con él. Estando a pocos días de realizarse el Congreso de la CGTP, me parece necesario hacerlo, debido a la importancia que tiene dicha actividad no sólo para los sindicalistas, comunistas y demás, sino para todos los ciudadanos que consideramos fundamental un sindicalismo con protagonismo y líderes que sean ejemplo de lucha y capacidad.
Los delegados y delegadas que concurran tienen la responsabilidad de elegir a un conjunto de dirigentes que llevarán adelante un proceso de transición política y generacional en la CGTP, además de enfrentar un complicado escenario social y económico. En ese sentido, será una decisión que no pueden tomar a la ligera y en base a prejuicios ideológicos y partidarios. El liderazgo de Mario Huamán debería ser la medida y valoración para dicha elección. Escoger a dirigentes por debajo de dicho perfil sería condenar a la organización a la irrelevancia.
Huamán en sus diez años de gestión fortaleció a la CGTP y propició un verdadero debate de cambio, orden y progreso. Con sumas y restas, el dirigente entrega una institución con perspectivas, aunque en el último año como consecuencia de su estado de salud y la lentitud en el proceso de renovación dirigencial, se ha generado un vacío político que urge llenar con una dirigencia que supere lo efectuado por el actual secretario general de la central mariateguista.
SU LIDERAZGO
La trayectoria de Mario Huamán define una personalidad poco común en el sector social. Su rapidez mental, agudo olfato político y gran habilidad organizativa le permitieron destacar rápidamente en el mundo sindical hasta lograr ocupar el cargo políticamente más importante de la CGTP. Debo destacar que cuando inicié mi trabajo con Huamán, siempre destaqué su interés por la lectura y las conversaciones sobre estrategia y política, además de su austeridad y buena administración del tiempo.
Estas cualidades le permitieron dar más orden y formalidad a la estructura de la CGTP, además de impulsar una presencia política (en todos los niveles) y mediática con contenido propositivo, que en muchas oportunidades descolocó a los grupos de poder económico y a los gobiernos de turno. Las históricas jornadas de lucha del 2007 y 2008 son las mejores muestras de su capacidad de convocatoria y cómo su presencia y mensajes unificaban y articulaban las distintas voces del país.
El debate que paralizó al país el 5 de julio de 2008 con el entonces Premier, Jorge del Castillo, y el Paro Nacional (que se desarrolló cuatro días después) son las principales muestras de la disciplina de trabajo de Mario. Su virtud negociadora y la búsqueda de consensos, lo convirtieron en el interlocutor válido para quienes no tenían voz, tanto así que el gobierno lo llamó a debatir a nivel nacional, deliberación donde demostró sus virtudes políticas.
La contundencia de las medidas descritas fueron de tal magnitud que obligó al régimen y a determinados grupos de poder económico a proteger sus intereses estableciendo alianzas con la delincuencia, lo que se expresó con la famosa reunión en Palacio de Gobierno de setiembre de 2008, entre García y reconocidos delincuentes, donde se diseñó la estrategia para destruir a Huamán y a la CGTP. No lo consiguieron. Su equilibrio emotivo y serenidad sicológica le permitieron superar esta afrenta que incluso tocó su ámbito personal y familiar.
Mario nunca claudicó en sus ideales y responsabilidades. Mantuvo firme los objetivos de seguir adelante hasta lograr construir un escenario ideal para los trabajadores y lograr la ansiada capitalización política. La Coordinadora Política y Social y la Asamblea de los Pueblos fueron dos esfuerzos políticos y estratégicos impulsados por Huamán, que no fueron entendidos y asumidos por una izquierda partidaria y un movimiento social absorbidos por sus líos internos.
Nunca comprendí el desinterés de Mario Huamán por alcanzar otras responsabilidades políticas. Su obsesión siempre ha sido construir un sindicalismo fuerte y con proyección. En los diálogos con él, siempre me manifestaba su preocupación por conquistar el gobierno pero nunca se asumía como el llamado a liderarlo sino por el contrario, su preocupación era generar el espacio para que surja el líder o lideresa que asuma dicha tarea.
Como parte de esa visión, la cual describe su mentalidad de líder y conductor, se efectuó la marcha del 12 de octubre de 2011 para apoyar los objetivos y propuestas por los cuales ganó Ollanta Humala. Mario manifestaba que ningún logro sindical estaría seguro mientras no participemos y seamos poder en el Perú. El viraje político (o cómo otros llaman, traición) del ex presidente quebró esta posibilidad y otras iniciativas que se diseñaron pensando en que tendríamos un gobierno progresista.
Otra cualidad de Mario Huamán es su pragmatismo y decisión para enfrentar un escenario nunca asumido en el Perú, la lucha contra el crimen organizado. Las amenazas de muerte y el asedio de la delincuencia, nunca amilanaron su capacidad política, sindical, administrativa y de organizador. Todo lo contrario, como si en su mente tuviera un manual no escrito, supo responder las pretensiones de las mafias, evitando que las consecuencias sean aún más graves y recibiendo el reconocimiento de las autoridades políticas y los empresarios sobre la relevancia de su liderazgo.
El impulso a la participación de mujeres y jóvenes, además de dejar de lado los prejuicios ideológicos y partidarios fue otra expresión de su conducción frente a la CGTP y la Federación de Construcción Civil.
EL PRESENTE Y FUTURO DE LA CGTP
Son innumerables las acciones y virtudes del liderazgo de Mario Huamán. Lo expresado hasta aquí son sólo algunas de las principales virtudes del líder sindical, convirtiéndolo en un referente importante para las próximas generaciones de sindicalistas, las cuales tienen el reto de superarlo, empezando por elegir a representantes que reposicionen a la CGTP como el instrumento de lucha y propuesta, que el país reclama.
Implica también evitar cometer los mismos errores, dejando de lado visiones ideológicas y partidarias que no concatenan con las demandas ciudadanas. Este nuevo Congreso es la oportunidad de efectuarlo y para demostrar a los millones de peruanos y peruanas, que los trabajadores y la CGTP tienen la fuerza y la firme convicción de ofrecer y construir un modelo de país con justicia y oportunidad para todos y todas.